Blancanieves, el problema con los live actions de Disney.
- Carlos Mera

- Mar 30
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Título original: Snow White.
Año: 2025.
Duración: 109 min.
País: Estados Unidos.
Dirección: Marc Webb.
Guión: Erin Cressida Wilson.
Reparto: Rachel Zegler, Gal Gadot, Andrew Burnap, Ansu Kabia
Género: Adaptaciones de los Hermanos Grimm | Remakes de Clásicos de Disney | Princesas Disney
La primera película de Disney en la historia fue "Blancanieves y los siete enanitos", estrenada el 21 de diciembre de 1937 en Hollywood y lanzada oficialmente al público en 1938. Fue el primer largometraje animado en la historia del cine, realizado completamente a color y con sonido sincronizado. En su momento, muchos creían que sería un fracaso, pero resultó ser un gran éxito tanto en taquilla como en crítica, consolidando a Walt Disney como un pionero de la animación. Durante los años Disney se consagró como la gran productora y creadora del cine de animación de toda la historia, haciendo todo tipo de películas y todo tipo de historias. Por eso no es de extrañar que Disney decidiera convertir esos clásicos animados en películas live action, para así ampliar fronteras y ser como una especie de homenaje a esos clásicos que los hicieron nacer y crecer. Han adaptado a versión real películas como: “Cenicienta”, “El Libro de la Selva”, “La Bella y la Bestia”, “Aladdin” o “El Rey León” entre otras. Ahora en 2025 es el turno de Blancanieves.
La película sigue la historia de una joven princesa, Blancanieves, cuya belleza despierta la envidia de su madrastra, la Reina Malvada. Consumida por los celos, la Reina ordena la muerte de Blancanieves. Sin embargo, la princesa escapa al bosque, donde encuentra refugio en la cabaña de siete enanitos que trabajan en una mina de diamantes. Con la ayuda de estos nuevos amigos y su propio coraje, Blancanieves se embarca en una aventura para liberar su reino de la tiranía de su madrastra y restaurar la justicia.
Desde mi punto de vista, lo más atractivo de realizar una versión en live action de un clásico de Disney es la oportunidad de aportar algo nuevo y fresco a la historia, siempre respetando el material original, pero a la vez buscando innovar y ofrecer una perspectiva diferente. Sin embargo, “Blancanieves” cae en el mismo error que muchas otras adaptaciones en acción real: ser un remake sin alma, sin corazón y sin una verdadera razón de existir. No se trata de afirmar que hacer una versión en imagen real de una película animada la convierte automáticamente en una obra inferior. El problema radica en que, si su único propósito es copiar y pegar la película original plano por plano, sin añadir creatividad ni una visión propia, el resultado es un producto carente de encanto y de esfuerzo genuino. Para que una adaptación justifique su existencia, debe ofrecer algo más que un simple reflejo de su predecesora; debe reimaginar, expandir y enriquecer la historia sin perder la esencia que la hizo especial en primer lugar. Aún y con todo esto, la película no es mala ni muchísimo menos, sencillamente es una película mediocre, simple y plana.
La actriz encargada de dar vida a Blancanieves es Rachel Zegler (“Los juegos del hambre: Balada de pájaros cantores y serpientes”, “West Side Story”), quien, a pesar de ofrecer una interpretación sólida, no logra capturar completamente la fuerza e inocencia innata del personaje. Su actuación, aunque competente, carece de la magia y el carisma que hicieron icónica a la versión animada. Por otro lado, en el papel de la Reina Malvada, Gal Gadot (“Wonder Woman", “Alerta Roja") ofrece una de las interpretaciones más decepcionantes del año. Su actuación resulta excesivamente sobreactuada y poco convincente, lo que evidencia sus dificultades para encontrar un papel en el que realmente encaje. En cuanto al elenco secundario, ninguno de los personajes logra destacar dentro de una historia poblada por figuras poco desarrolladas. Sin embargo, hay una excepción: los siete enanitos, quienes terminan siendo lo mejor de toda la película. Son personajes divertidos, carismáticos y sorprendentemente bien adaptados, aportando los momentos más entretenidos y memorables del filme.
En conclusión, “Blancanieves” es una película que ofrece una mezcla de aciertos y fallos, destacando en algunos aspectos pero dejando mucho que desear en otros. Es un filme que, a pesar de sus virtudes, será recordado más por su simplicidad que por sus logros. No es una película aburrida, pero tampoco tiene un ritmo que mantenga al espectador completamente enganchado. Cuenta con una excelente puesta en escena y respeta varios de los momentos más emblemáticos de la versión animada, pero desafortunadamente no logra compensar los pobres efectos especiales y la fotografía plana, que restan fuerza a su propuesta visual. En resumen, como mencioné antes, la película está equilibrada entre lo bueno y lo malo, pero “Blancanieves” no será recordada ni como uno de los peores ni como uno de los mejores live actions de Disney. Sencilla y únicamente, no será recordada.




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