Adolescencia, la serie de nuestros tiempos
- Andrei Theodor Stamate

- Mar 28
- 4 min read

Título original: Adolescence
Año: 2025
Duración 4 capítulos de 55 minutos
País: Reino Unido
Dirección: Philip Barantini
Guion: Stephen Graham, Jack Thorne
Reparto: Stephen Graham, Owen Cooper, Christine Tremarco, Ashley Walters, Erin Doherty
Género: Serie de TV. Drama. Thriller / Drama psicológico. Policíaco. Crimen
Hace pocos días se estrenó Adolescencia, una de las series más importantes del año y uno de los retratos más duros de la realidad de nuestros tiempos. Esta miniserie de 4 capítulos de una hora emitida en Netflix habla del dolor sufrido en la adolescencia, potenciado por el ambiente nocivo de las redes sociales y el descontrol parental.
La serie comienza con una redada policial en el hogar de la familia Miller para arrestar al sospechoso de un asesinato. Los agentes se llevan a Jamie Miller, el hijo menor, un chaval de 13 años, y lo acusan de haber matado a su compañera de clase, Katie. En este momento comienza un plano secuencia vertiginoso que no parará en ningún momento, agravando la realidad que los creadores nos están mostrando. Sin trampas, un plano secuencia perfectamente coreografiado para mostrar la detención, el interrogatorio, el ambiente de la comisaría de policía y la incertidumbre de la familia de Jamie. Este método se repetirá para contar la historia del segundo capítulo, donde la cámara, sin cortar el plano en ningún momento, se adentra junto a los detectives principales de la investigación en la escuela de Jamie para descubrir no tanto el qué, sino el por qué del asesinato: las razones que han llevado al chico de 13 años a cometer tal atrocidad. El tercer capítulo muestra la tensión de un enfrentamiento entre Jamie y una psicóloga encargada de elaborar un informe sobre el comportamiento del joven. Finalmente, el cuarto capítulo transita la vida de la familia en el sufrimiento generado por la situación vivida.
Todos los capítulos son de una maestría técnica abrumadora mostrando, una vez más, el talento de Philip Barantini, director del que pudimos disfrutar en Boiling Point (2021) y su secuela dramática convertida en miniserie en 2023 con el mismo nombre. Barantini es un genio detrás de la cámara y se ha encargado de rodearse de los mejores para conseguir tal resultado, pero no permitamos que un estéril debate sobre la estética nos nuble la vista: el contenido y el fondo importa mucho más que la forma en Adolescencia.

La serie aborda los demonios que acechan nuestros hogares y a nuestros jóvenes, especialmente a los chicos. Les sonará aquello que se menciona en la serie, ese palabro, manosfera, o aquella denominación que se repite, incel. Al respecto, Lionel S. Delgado en su análisis de la serie en El Salto escribe: «Ya no se trata de una demonización terrorífica que presenta la manosfera como el avance imparable del odio masculino. No. En este caso se ha decidido poner bajo la lupa el ecosistema afectivo y material de la radicalización de chavales jóvenes. Adolescencia no trata sobre la manosfera (de hecho, apenas aparece), sino de la atmósfera que la alimenta, a nivel institucional, familiar y relacional».
La serie refuerza su realismo al abordar la pérdida de control de las autoridades en la crianza de nuestros hijos. Ahonda en los motivos de ese descontrol, poniendo el foco en el sistema educativo y en las redes sociales. El propio creador y actor protagonista, Stephen Graham, lo cuenta en el Late Night de Jimmy Fallon:
Adolescencia consigue hablar de una de las problemáticas más acuciantes de nuestros tiempos: el individualismo radical de nuestros jóvenes, abandonados a su suerte a los discursos digitales misóginos y neoliberales. Cada vez vemos más en redes sociales influencers que te ordenan a levantarte a las cinco de la mañana a hacer 75 burpees, ya que esta es la clave del éxito, y si no lo haces, es que eres un fracasado. Mensajes nocivos invaden nuestra pantalla cosificando a la mujer y dando las claves para ligar, y si ellas no quieren nada contigo es porque el feminismo les está lavando el cerebro. Discursos que ponen en alto valor el individualismo voraz, el desprecio de la clase trabajadora, la estética personal, el éxito capitalista entendido como acumulación material. Este tipo de mensajes que recibimos constantemente en redes sociales, a pesar de intentar educar nuestro algoritmo, son el pan de cada día para los adolescentes. Sus feeds de Instagram y X se basan en un bombardeo constante de mensajes tóxicos de influencers ultraliberales y misóginos, y en este contexto, cuenta Lionel S. Delgado, «se sitúan chavales marcados por un doble vínculo frustrante: están obligados a competir y, a la vez, se les castiga por fracasar. Si el juego va de acumular capital social, (ligar para) ser vistos y escapar de la categoría de perdedor, la hiperexigencia (“debes ser un alfa”) alimenta la peor versión de cada uno y reproduce una necropolítica afectiva que castiga la vulnerabilidad. `O matas o te matan´».
Algunos análisis anteponen la técnica al contenido, alabando esos planos secuencia y minimizando la temática de la que trata. El peso dramático y simbólico de las imágenes de Adolescencia se ven reforzadas por el realismo ofrecido por los planos secuencia, pero no podemos olvidarnos de lo que se nos cuenta. La historia, en los últimos días, está siendo demonizada por ciertos sectores de la ultraderecha, justamente por esos movimientos que intentan reclutar nuevos adeptos a través del odio. No podemos dejar de hablar de lo que pasa en Adolescencia porque sería colaborar al desamparo que sufren nuestros jóvenes.
Cuenta mi amiga y periodista Inma Fernández en su monólogo de apertura del programa de radio Toda Una Amalgama que "la inmediatez digital nos está asfixiando, pero es que a los adolescentes los está torturando". La vida se hace difícil en contextos de precariedad capital y emocional, donde los vínculos complejos escasean y los enemigos están donde menos te lo esperas: en la pantalla de tu teléfono móvil. Si ya para los adultos el día a día se siente como una cuesta eterna, imagínense, reflexiona la periodista, cómo es la vida para un adolescente. Mejor no imaginen, vean y piensen sobre Adolescencia.
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