El Último Suspiro: la vida y el fin de la vida
- Andrei Theodor Stamate
- May 2
- 3 min read
El maestro Costa-Gavras, a sus 92 años, estrena película en las salas de cine —las que se atrevan— de nuestro país

Título original: Le dernier souffle
Año: 2024
Duración: 100 minutos
País: Francia
Dirección: Costa-Gavras
Guion: Costa-Gavras. Libro: Régis Debray, Claude Grange
Reparto: Denis Podalydès, Kad Merad, Marilyne Canto, Charlotte Rampling, Ángela Molina
Género: Drama | Medicina
El Avenidas 5 Cines de Sevilla sí se ha atrevido a estrenarla y la valentía se agradece. Al igual que un estreno de Scorsese o Spielberg —y muy a mi pesar, también de Coppola—, estos eventos deben celebrarse como una victoria del cine, especialmente cuando la película rebosa humanidad en cada diálogo.
El director franco-griego nació el 12 de febrero de 1933. Konstantinos Gavras, bautizado cinematográficamente como Costa-Gavras, tiene 92 años. Casi un siglo de pura existencia humanista, crítica y profundamente política. Estos aspectos de su vida han llevado al director a escribir y dirigir El Último Suspiro (Le dernier soufflé en francés), una cinta sobre los cuidados paliativos, especialmente en la tercera edad, y el desafío que supone enfrentarse a la muerte cuando se la espera. Los miedos y preguntas existenciales del director se vuelcan en cada diálogo de esta obra, basada en la obra homónima de Claude Grange y Régis Debray.
Cuando al escritor y filósofo Fabrice Toussaint le detectan una pequeña mancha cerca del riñón en un escáner, las dudas invaden su bienestar. El pensador se cruza con un apasionado y romántico médico, Augustin Masset, que le revelará el fracaso de la medicina normativa: los cuidados paliativos y el acompañamiento hacia la muerte.

El estilo narrativo de la cinta funciona en consonancia con el propio desarrollo del personaje de Fabrice: su recopilación de información para un futuro libro-además de la coexistencia con la preocupación existencial-se plasma en las constantes historias del médico Masset sobre diferentes pacientes y su manera de afrontar el último camino. Una cinta dedicada especialmente a las personas de la tercera edad, con una importante crítica a una medicina que no acepta un no por respuesta, que intenta curar incluso cuando es incurable y, sobre todo, que arrastra una inercia judeocristiana que sacraliza la vida por encima de los que la viven.
El médico le muestra al personaje de Fabrice la complejidad de la vida humana, de la que el protagonista ya tenía constancia en sus pensamientos, pero nunca había llegado a rozarla de una manera personal. Los testimonios de Masset, contados con la sabiduría y tacto de Costa-Gavras, constituyen un alegato político por y para la vida, que inevitablemente pasa por el derecho a una muerte digna. Puede parecer contradictorio pero la vida y el fin de la vida son en esencia lo mismo. Y que un maestro como Costa-Gavras, a sus 92 años, hable de manera tan honesta y humana de las preocupaciones que construyen nuestra naturaleza es y debe ser una celebración del séptimo arte.
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