Nick Kremm: “El IES Ítaca (Tomares) podría estar repitiendo un caso similar al de Sandra Peña”

Nick Kremm (Izquierda), ©Foto Dani Díaz

El productor y empresario denuncia presuntos casos de acoso escolar, discriminación y mala gestión en el centro educativo de Tomares, mientras diversos testimonios de alumnos y familias apuntan a un problema estructural que habría pasado inadvertido para las autoridades.

Sevilla, 04.12.2025 — El empresario y productor de cine Nick Kremm ha publicado en sus redes sociales un comunicado en el que denuncia públicamente presuntos casos de discriminación, acoso escolar y falta de actuación por parte del IES Ítaca, situado en Tomares (Sevilla). Sus declaraciones han generado una amplia respuesta de antiguos y actuales estudiantes del centro, que aseguran haber vivido situaciones similares.

En su mensaje, Kremm afirma que el instituto “podría ser responsable de otro posible caso similar al de Sandra Peña”, la joven cuyo reciente suicidio por presunto acoso escolar ha conmocionado a España. El productor asegura que ha decidido hablar por primera vez sobre experiencias personales vividas durante su llegada al país, apuntando a actitudes “homófobas, xenófobas y racistas” por parte de miembros del centro, sin mencionar cargos ni nombres.

“Condeno a quienes acosan a adolescentes y ejercen bullying escolar, tanto físico como mental, y a los centros que no toman acción”, expresó en su comunicado, añadiendo que su equipo legal ya está trabajando en el caso.

Un caso reciente: una menor inmigrante griega de 11 años

Tras la publicación realizada por Kremm, su equipo trasladó información adicional sobre un caso en curso que implicaría al IES Ítaca.

Según dicha información, en noviembre de 2024, una alumna de 11 años —a la que se identifica como “U.” por motivos de privacidad— habría comenzado a sufrir insultos, acoso verbal y episodios de agresiones físicas por parte de compañeros. La menor, inmigrante griega residente en España desde 2019, habría experimentado un creciente deterioro emocional durante el curso.

Según el relato facilitado, los padres comunicaron reiteradamente los hechos al centro, pero el equipo directivo habría atribuido la situación a la propia niña, calificándola de “no socialmente normal”. El entorno familiar asegura que, como consecuencia del acoso, la menor cayó en una depresión grave, llegó a requerir tratamiento psiquiátrico y habría realizado más de cuatro intentos autolíticos.

Durante el proceso terapéutico, la familia afirma que informaron al centro de toda la documentación clínica pertinente. Sin embargo, según su testimonio, las respuestas obtenidas se limitaron a recomendaciones como “evitar a los agresores”, cambiar de asiento o situarse en zonas distintas del patio.

La menor habría acudido a urgencias en varias ocasiones por crisis derivadas de los episodios vividos. Los padres aseguran que, un mes antes de finalizar el curso, el centro les comunicó que se había activado el protocolo antibullying, una información que posteriormente habría resultado ser falsa: al solicitar la documentación obligatoria que debía remitirse a la Inspección de la Junta de Andalucía, no recibieron respuesta.

La publicación de Kremm en Instagram provocó que decenas de alumnos y exalumnos compartieran testimonios similares relacionados con su paso por el IES Ítaca, señalando un posible problema estructural dentro del centro. Estas reacciones, recopiladas en comentarios públicos, apuntan —según el productor— a “una realidad que pasa desapercibida para las autoridades mientras el centro mantiene una apariencia de normalidad”.

El reciente caso de Sandra Peña, cuya muerte continúa bajo investigación, ha vuelto a situar el acoso escolar en el centro del debate público nacional. Expertos recuerdan que el bullying puede comenzar con simples comentarios y escalar hasta poner en riesgo la vida de los menores. En este contexto, la adecuada actuación de los centros educativos es considerada esencial.

Kremm insiste en que visibilizar estos presuntos casos es fundamental:“Cuando los centros no actúan, denunciar y alzar la voz es la única vía para que las instituciones tomen en serio la gravedad del problema”.